viernes, 19 de octubre de 2012

CALAVERITA PILATERA


No me he podido resistir a compartir algo con ustedes, les cuento que anoche no pude dormir, entre que me encontraba en el ajetreo informático necesario para no perder el nombre Love Body Pilates en alguna red social, y la emoción no me dejaba, dormí aproximadamente un par de horas repartidas en toda la noche. Desperté hoy alrededor de las 8 am, después de que, amablemente, mi esposo fue a dejar hoy a la niña a la secundaria al verme como zombie a las 6 am.

Cuando desperté mi esposo ya había regresado a casa y estaba meditando, por supuesto que no lo interrumpí. Lo notable fue que yo había despertado con algo en la cabeza que no me permitió hacer nada más sino tomar el ordenador y escribirlo.

Me gustaría compartirlo con ustedes porque fue producto de la inspiración que llega de súbito, que pega como mazo en la cabeza en el momento menos esperado y que no permite al creador ninguna actividad que no sea la de dedicarse de lleno a plasmarla de alguna forma.

En México celebramos, en lugar de Halloween, el Día de Muertos, y entre las tradiciones de la época, está la de escribir “calaveritas”, versos dedicados a alguien en especial y relacionados con la muerte, pero alegres. Esta calaverita amaneció hoy conmigo y me exigió nacer, la dedico con toda mi gratitud a mi gran profesora Candia Raquel y al maestro Joseph Pilates, creador de la disciplina que tanto amo y que, de ahora en adelante, será mi forma y sustento de vida.


Estaba la muerte flaca
Quejándose de sus isquiones
De sus brazos, rodillas y talones.

Me duelen y crujen los huesos
Me decía dolida
Hacer mi trabajo bien no puedo
Los vivos huyen, pues al moverme
Sobre advertencia a los vivos ponía.

Acompáñame, calaquita, le dije
A unas clases de Pilates tomar
Vamos a Inspirah Pilates
Y tus huesos dejarán de tronar.

La calaca me miró y me dijo
Aunque Candia sea una master
Mejor me voy con el Joseph
Que a mis muertos ha entrenado
Y el crujido de los huesos les ha quitado

Ahora se pasean muy campantes
Derechitos, muy orondos
Son felices, aunque muertos
Desde que a Pilates a los vivos les he quitado.

Y así, con este pequeño homenaje a las dos personas que más me han inspirado en los últimos meses, me despido de ustedes, nos leemos pronto y felices entrenamientos pilateros y ofrendas de muertos para todos.

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